Actividades de la Biblia de DLTK para niños
La historia de Adán y Eva
Libro
del Génesis: Capítulo 2 y 3
(Versión para niños)
por Sharla Guenther
Dios tomó arcilla de la tierra e hizo la forma de un
hombre. Luego lo sopló cuidadosamente. Los ojos del hombre se
abrieron y este cobró vida. Dios lo llamó Adán.
El Señor hizo un
hermoso jardín para que el hombre viviera en él. El jardín, llamado el
Edén, estaba lleno de muchas cosas maravillosas. Crecían hermosas flores
por todas partes. Los pájaros cantaban en los árboles, corrían arroyos por
el valle y los animales se paseaban por los campos.
Dios había hecho al hombre a Su imagen para que lo
acompañara y cuidara el mundo.
Dios trajo los animales a Adán, uno a la
vez, para darles sus nombres. "Elefante", dijo, o "Tigre", o
"Puercoespín".
Pero Dios se sintió afligido por Adán. "Ninguno de
estos animales es realmente como él", pensó Dios, "Adán necesita a alguien para
compartir su vida. Alguien que lo cuide y a quien cuidar".
Esa noche Dios tomó una costilla del costado de Adán e hizo
una mujer. Cuando Adán se despertó la mañana siguiente encontró a Eva,
dormida a su lado. Adán se alegró mucho. Tomó su mano y ella
despertó. Eva miró a Adán y sonrió.
Dios dijo al hombre y a la
mujer que su trabajo era cuidar su nuevo hogar. Los bendijo diciendo;
"Todo esto es para ustedes. Tomen lo que deseen. Pero nunca toquen
el árbol en la mitad del Jardín. Ese árbol abre el conocimiento de lo
bueno y lo malo. Morirán el día que coman su fruto".
Dios no quiso decir que Adán y Eva caerían muertos en el momento en que comieran el fruto del árbol. Quiso decir que con el tiempo morirían sin su Espíritu morando en ellos.
Un día Adán y Eva estaban recolectando bayas para la cena cuando ella escuchó una dulce voz a sus espaldas.
La voz preguntó suavemente "¿te ha dicho Dios que puedes comer el fruto de todos los árboles?" Eva se volteó y vio que una serpiente le hablaba.
"Dios nos ha dicho que podemos comer todos los frutos
excepto los que crecen en el árbol del conocimiento del bien y del mal", dijo
Eva a la serpiente.
"¡Oh, vamos, que tontería! Me cuesta pensar que
una fruta tan hermosa puede hacerte daño", mintió la serpiente. "Dios sabe
que si comes del árbol del conocimiento del bien y del mal te volverás como Él y
podrás decidir por ti misma lo que esta bien y lo que esta mal".
La mujer
miró el fruto y pensó en lo delicioso que se veía. Pensó en lo maravilloso
que sería ser tan sabio y poderoso como Dios. Creyó la mentira de la
serpiente y comió el fruto y también le dio unos a Adán, quien estaba con ella,
y él también comió.
Eva tuvo una sensación extraña en la boca del
estómago. Se inquietó y se preguntó qué le estaba pasando. De
repente cayó en cuenta que se sentía culpable – había desobedecido a Dios y
sabía que había hecho mal.
Tan pronto como comieron el fruto, Adán y Eva
cambiaron. Se volvieron infelices y temerosos de Dios.
Adán y Eva
oyeron que Dios los llamaba. Sin pensarlo, se internaron en el bosque pero
Dios sabía dónde estaban. Cuando Dios les preguntó si habían comido del
árbol del conocimiento del bien y del mal que les había pedido no tocar, se
culparon uno a otro por sus pecados.
Dios estaba triste porque Adán y Eva
le habían desobedecido. Les dijo que debían salir del Jardín del Edén, "De
ahora en adelante tendrán que sobrevivir de la tierra. Tendrán que hacer
sus ropas y sembrar su alimento. Nada se les dará con facilidad – ni
siquiera el dar a luz. Y un día morirán".