Historias de la Biblia de DLTK para niños
La armadura de Dios
Efesios 6:10-18
(Versión para niños)
por Sharla Guenther
En los tiempos de la Biblia, los soldados usaban armaduras 
muy pesadas.  De hecho, cuando David fue a combatir contra el gigante 
Goliat, no pudo ponerse la armadura porque era demasiado pesada.  En la 
actualidad, los soldados no usan armaduras, pero tal vez te parezca interesante 
saber que muchos Cristianos usan armadura todos los días y sería una buena idea 
que tú también la usaras.
¿Cómo puedes usar armadura?  Esta en 
particular es formidable, ¡es como tener poderes especiales que son invisibles!  
Cuando te imaginas colocándote la armadura de Dios cada día, te ayudará contra 
el demonio y las cosas que no debes hacer.  Pero la única forma en la que 
la armadura funciona es si Jesús vive dentro de ti.
El demonio quiere que 
fallemos y que hagamos las cosas que Dios no quiere que hagamos.  Puede 
hacerlo logrando que te intereses en video juegos, programas de televisión o 
películas violentas que muestran personas haciendo cosas que son pecaminosas y 
que tratan de hacerlas parecer divertidas.  Tal vez también otros chicos te 
presionen a hacer cosas que sabemos que Dios no quiere que hagamos.
Estas 
son algunas de las formas en las que el demonio trata de engañarte para que 
hagas cosas que no deberíamos (esto se llama pecado).  Cuando te pones la 
armadura de Dios, podrás resistirte a estas cosas y hacer lo que es correcto.  
La armadura te dará la ayuda de Dios para luchar en contra del mal en el mundo.
		
Vamos 
		a comenzar con el Cinturón de la Verdad.  Necesitamos ponerlo 
		primero para ser honestos y recordar la verdad que sabemos sobre Dios.  
		Podemos conocer la verdad al leer la Biblia, o cuando el Espíritu nos la 
		revela (nos da la conciencia), o a través de otras personas que creen en 
		Dios como nosotros.
Luego está la Coraza de la Rectitud.  Si 
		juegas hockey, probablemente tengas algo que protege la parte del cuerpo 
		entre tu cuello y el estómago.  Esta pieza también protege tu 
		corazón.  Podemos proteger nuestro corazón si confesamos los 
		pecados que tenemos, o cuando pedimos perdón a Dios por las cosas que 
		hemos hecho mal.
Ahora nos ponemos las Sandalias de la Paz.  
		Primero necesitamos proteger nuestros pies, yendo donde Dios quiere que 
		vayamos.  Si camináramos sin zapatos nos dolerían los pies, así que 
		debemos evitar los sitios a los que sabemos que no debemos ir para 
		mantener puestas nuestras sandalias protectoras.
Segundo, debemos 
		estar en paz con los demás.  Si hay alguien con quien estés 
		peleando o si has herido los sentimientos de alguien, debes ir a pedirle 
		perdón, o perdonar a aquellos que te han hecho mal.  Tercero, si te 
		parece que las cosas son un poco agitadas, Dios es el pacificador, y si 
		se lo pides, Él puede darte toda la paz que necesitas.
La 
		siguiente pieza de la armadura no es una que te pongas, sino una que 
		sostienes.  Es el Escudo de la Fe.  Solo imagina lo que 
		podrías hacer con un escudo real.  Si alguien te lanza una bola de 
		nieve, puedes levantar el escudo para que esta no te golpee.  
		Podemos usar el escudo de la misma forma cuando debemos enfrentar cosas 
		malas como las tentaciones o las dudas.
Algunas veces el demonio 
		tratará de hacernos pensar que Dios no existe, o que no nos ama porque 
		hemos cometido algún error.  Cuando esto sucede, debemos sostener 
		nuestro escudo y detener estos pensamientos y recordar que Dios nos ama 
		incondicionalmente.
El Casco de la Salvación es la siguiente 
		pieza.  Lo usamos para proteger nuestras mentes.  Algunas 
		veces necesitamos recordar que somos hijos de Dios y que Él nos ama y 
		nos ayudará.  También debemos recordar lo que hemos leído en la 
		Biblia, lo que hemos aprendido de nuestros padres y de la iglesia sobre 
		Dios.  Esto nos ayudará a tomar las decisiones correctas.
La 
		siguiente pieza de la armadura que sostenemos es la Espada del Espíritu.  
		La espada es la Biblia, es tener al espíritu de Dios actuando en 
		nosotros.  Podemos renunciar a cualquier cosa que no es buena en 
		nuestras vidas.  Y al recordar la palabra de Dios (la Biblia) 
		podremos saber lo que es bueno y lo que es malo.
La oración es la 
		última pieza de la armadura.  Esta no es una pieza particular de la 
		armadura sino que es algo que sostiene toda nuestra armadura.  
		Cuando hablamos con Dios, podemos hacer cosas increíbles.  Nada es 
		demasiado grande o imposible cuando oramos porque Dios puede hacer 
		cualquier cosa que quiera.  Esto no significa que Él siempre 
		responderá a nuestras oraciones de la forma en que queremos, sino que lo 
		hará de la forma que sabe que es mejor.
Cuando oramos, debemos 
		recordar que no siempre necesitamos pedir cosas.  Dios también 
		quiere que oremos por otros (por las personas que no lo conocen, por 
		aquellas que no nos agradan, por los enfermos, etc.).  Dios también 
		quiere que le demos gracias por las cosas por las que estamos 
		agradecidos (por ser buenos en algo, por la familia, los amigos, los 
		juguetes, etc.)  Él nos bendice con estas cosas, así que deberíamos 
		agradecerle.
Una buena manera de ayudarte a recordar la armadura 
		es colocándotela cada día cuando te levantas de la cama, o antes de ir a 
		la escuela.  Ora para que Dios te ayude a recordar que la armadura 
		está allí y cuál es su función, para que puedas combatir el mal con el 
		bien.