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Historias de la Biblia de DLTK para niños
El fruto del espíritu

por Sharla Guenther

Hoy vamos a hablar sobre frutas.  ¿Te gustan las frutas?  ¿Cúal es tu fruta favorita?  Todas las frutas son diferentes.  Saben diferente, se ven diferentes y se sienten diferentes en tu boca (algunas frutas son crocantes, otras blandas, algunas jugosas, etc.)

La Biblia habla sobre el fruto, pero es un tipo de fruto diferente, se llama el fruto del Espíritu.  El fruto del Espíritu es un poco como la fruta real porque también cada uno es especial y diferente.

Es grandioso porque cuando le pedimos a Jesús que viva en nosotros, su Espíritu se queda con nosotros y Él nos dará su fruto especial.  A medida que crecemos y aprendemos más sobre Jesús, el Espíritu nos dará más y más fruto y será más como Cristo.

En un minuto te diré lo que es especial acerca de este fruto, pero primero quiero explicar como Dios puede ser Dios, Jesús (Su hijo) y el Espíritu, todo al mismo tiempo.

El fruto del Espíritu es amor, júbilo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, delicadeza y autocontrol.  Es bueno tener todos estos frutos y el Espíritu quiere dárnoslos.

Dios quiere que tratemos de ser buenos y que tengamos el fruto del espíritu en nosotros.  Podemos tratar de tener amor, júbilo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, delicadeza y autocontrol pero el Espíritu nos dará el tipo de regalos que quiere que tengamos.  Es difícil hacerlo nosotros mismos, necesitamos que el Espíritu nos ayude con cada una de estas cosas.

En caso de que no sepas lo que significa cada fruto del Espíritu, voy a tratar de explicarlos.  Pienso que el fruto del espíritu más fácil de explicar es el amor.  Piensa en alguien que te ame a pesar de todo.  Puede ser que cometas errores y sin importar tu apariencia, ellos siempre te amarán.  Dios también nos ama, a pesar de todo, ¡y hasta te ama más que tus padres!  El puede ayudarnos a amar a otros de la forma en que deberíamos hacerlo.

El siguiente fruto es el júbilo.  Júbilo es como estar muy, muy feliz; es estar feliz por dentro aun si las cosas no salen muy bien.  Podemos tratar de estar jubilosos pero solo Dios puede darnos el tipo de felicidad que nos hace jubilosos, no podemos estar jubilosos por cuenta propia.

Cuando pensamos en la paz, usualmente pensamos en que no hay más peleas ni guerra.  Y esto es correcto, pero la paz del espíritu es un poco diferente.  Esta es la paz que tenemos cuando llegamos a conocer a Dios muy bien (leyendo la Biblia, orando, haciendo preguntas, etc.).  Si tenemos esta paz sentiremos una calma interior y sabremos que todos nuestros pecados han sido confesados y que Dios nos perdona.

Paciencia es el siguiente y estoy segura de que sabemos lo que significa.  ¿Alguna vez te han dicho que tengas paciencia?  La paciencia de la que habla Dios es para las cosas pequeñas como esperar para abrir tus regalos de Navidad o ser paciente para ir al parque.  Pero también significa ser paciente para esperar respuestas a las oraciones que pueden tardarse años en ser respondidas.

El siguiente es la amabilidad y debería ser fácil pero a veces no lo es.  ¿Es fácil ser amable con alguien que ha sido mezquino contigo o con un mendigo en la calle?  Cuando Dios nos da este regalo, es más que sólo ser amable con otros.  Él puede ayudarnos a ser amables con alguien que realmente lo necesita y nosotros ni siquiera lo sabemos.  Por ejemplo, tal vez sientas que deberías escribir una carta o llamar a un abuelo.  Dios puede estar instando a que lo hagas porque estas personas están teniendo un mal día y eso es exactamente lo que necesitan para animarse.  A veces tu acto de amabilidad con alguien es todo lo que esa persona necesita para recordar que alguien especial los ama.

Ser bueno o la bondad es el siguiente fruto del espíritu.  Tener el regalo de la bondad significa que Dios puede contar con que seré honesto, me arrepentiré de mis pecados y me alejaré de las cosas malas.  También debemos tratar de actuar de esta manera hacia otros a través de nuestras acciones, para que ellos puedan ver el fruto en nosotros.  La única bondad real que tenemos es la bondad de Dios viviendo en nosotros.

La fidelidad es el siguiente fruto, y este puede ser un poco más difícil de entender.  Ser fiel al cumplir tus promesas, ser un amigo leal aun en tiempos difíciles, ser digno de confianza y hacer las cosas que dijiste que harías.  Cuando pienso en fidelidad pienso en mi abuela que oró por mí todos los días de su vida.  Ella era fiel a orar por mí, lo que también significa que oró todos los días.

El fruto del espírituCuando pienso en delicadeza pienso en cargar en brazos a un bebé recién nacido.  Por alguna razón pensamos que podría romperse si no lo sostenemos cuidadosamente.  La clase de delicadeza de la que Dios está hablando es similar a esta.  Sin importar la situación que se presente, debemos ser delicados.  Esto no significa que no deberíamos defendernos; si alguien está haciendo algo que sabes que está mal debes contárselo a un adulto, o decirle que no lo haga.  Solo hazlo de una manera delicada como Jesús lo haría.

El último fruto es el autocontrol y es uno muy importante, significa estar en control de lo que decimos y hacemos.  Sin autocontrol no podemos hacer las cosas que debemos hacer.  Para poder vivir de la manera en que Dios quiere que lo hagamos, debemos estar en control de las cosas que hacemos.  Es como cuando un hermano o una hermana te molestan tanto que lo único que quieres hacer es pegarles; sabemos que debemos controlarnos y no hacerlo.  Sabemos que algunas veces no podemos hacer lo que queremos porque no es lo correcto y seremos castigados.

Solo recuerda que con todos estos regalos, necesitamos la ayuda de Dios para poder usarlos apropiadamente.  Debemos recordar que Dios nos hizo y que Él es perfecto.  Si quieres el fruto del espíritu, primero debes pedirle a Dios que viva en tí, y luego entre más lo conozcas, mas frutos o regalos te ayudará a tener.

 

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