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Actividades de la Biblia de DLTK para niños
La historia de la promesa de Hannah

por Sharla Guenther

Esta historia se trata de una mujer llamada Hannah, quien de verdad deseaba tener un hijo.  Ella iba todos los años con su esposo a un lugar llamado Shiloh.

Mientras estaban allí, había un gran festival y todos celebraban todo lo que Dios había hecho por ellos.  Las personas agradecían a Dios por sus cosechas y todo lo que Él les había dado, y ofrecían sacrificios o presentes a Dios para mostrarle lo agradecidos que estaban.

La historia de la promesa de HannahEsto entristecía mucho a Hannah algunas veces, porque ella quería con todo su corazón estar agradecida, pero se desanimaba porque no podía tener un hijo.  Eso no significa que Hannah se la pasaba triste, sintiendo lastima por ella misma, pero en su corazón estaba muy triste.  Su esposo aun la amaba mucho y trataba de hacerla sentir mejor pero nada parecía funcionar.

Finalmente Hannah hizo lo único que sabía que podía hacer para ayudar.  Una tarde cuando habían terminado de comer y de beber, fue al templo y comenzó a orar.

Cuando Hannah oró, fue muy honesta con respecto a sus sentimientos.  Algunas veces lloraba mucho y probablemente sentía como si Dios se hubiera olvidado de ella.  Pero mientras oraba prometió a Dios:  "Querido Dios, si solo vieras lo triste que estoy y te acordaras de mí, por favor dame un hijo.  Si haces esto por mí, dedicaré mi hijo a ti por toda su vida".

Mientras Hannah oraba, había un hombre de nombre Eli, un sacerdote, sentado cerca y la vio.  Mientras Hannah oraba, lo hacía para sí misma, sus labios se movían pero Eli no podía oír lo que ella decía.  Podemos orar de esta manera si lo necesitamos, podemos orar a Dios en nuestras mentes, para que nadie nos pueda oír.

Eli se dio cuenta de que Hannah estaba siendo muy honesta y sincera con Dios y le dijo:  "ve en paz y Dios responderá a tus oraciones."  Después de eso, Hannah se marchó sintiéndose mucho mejor porque había hablado con Dios sobre lo que la estaba molestando.  Temprano a la mañana siguiente, ella fue a adorar a Dios antes de ir a casa.

Ves, a veces Dios no responde nuestras oraciones, pero no podemos enojarnos para siempre y dejar de hablar o agradecer a Dios por todas las otras cosas buenas en nuestra vida.  Dios sabe lo que es mejor, así que siempre hay una buena razón por la que no ha contestado tus oraciones.

Pero algo grandioso sucedió un tiempo después.  Por supuesto, Dios se acordó de Hannah (porque Dios no se olvida de ninguno de nosotros) y le dio un hijo, y ella lo llamó Samuel.

Hannah había esperado tanto tiempo tener este hijo, y lo amaba tanto, pero recordó que le había hecho una promesa a Dios.  Ella era una mujer honesta y cuando hacía una promesa la cumplía.  Hannah tenía una buena actitud y quería devolver a Samuel a Dios, no estaba enojada con ella misma ni cambió de opinión.  Hannah cumplió su promesa.

Cuando Samuel creció lo suficiente, ella regresó al lugar en el que había orado y dijo a Eli el sacerdote:  "¿Me recuerdas? Soy la mujer que lloró e imploró por este hijo y Él contestó a mi oración.  Ahora se lo entrego al Señor, y lo dejaré contigo para que aprenda y trabaje contigo."

Así que Samuel vivió con Eli y todos los años Hannah empacaba su maleta y lo visitaba y le traía ropas nuevas.  Tal vez fue difícil para Hannah ver a Samuel solo una vez al año, pero quería cumplir su promesa.  Dios bendijo a Hannah nuevamente y dio a esta y a su esposo aun más hijos e hijas.

Le fue muy bien a Samuel mientras vivía con Eli.  Luego, una noche, algo inusual sucedió.  Eli y Samuel se habían ido a la cama y estaban durmiendo plácidamente.  Cuando Samuel se despertó repentinamente, alguien lo estaba llamando:  "Samuel."

Samuel pensó que era Eli, así que corrió hacia su cama y contestó:  "Aquí estoy, ¿me llamaste?" Pero Eli dijo:  "No te llamé, vete y vuelve a acostarte".

Así que Samuel regresó a su cama.  No lo sabía, pero Dios lo estaba llamando.  Tan pronto Samuel se había acomodado Dios dijo:  "¡Samuel!" Y Samuel dio un salto y regresó donde estaba Eli y dijo:  "Aquí estoy, ¿me llamaste?"

De nuevo Eli contestó:  "No, yo no te llamé, regresa a tu cama."

El Señor llamó a Samuel por tercera vez, y Samuel se levantó y fue donde Eli nuevamente y dijo:  "Aquí estoy, me llamaste."

Eli no entendía lo que estaba pasando.  Había estado pensando quien podría estar llamando a Samuel, porque no había nadie más en ese lugar.  De repente Eli cayó en cuenta de que solo había otra explicación, así que le dijo a Samuel:  "Ve y acuéstate, y si oyes nuevamente la voz, contesta: 'Sí, Señor, estoy escuchando.'"

En efecto, Samuel volvió a acostarse y el Señor llamó nuevamente:  "¡Samuel! ¡Samuel!" así que Samuel contestó rápidamente:  "Háblame, Señor, te estoy escuchando."

De ahí en adelante Samuel supo cuando Dios quería hablar con él y siempre lo escuchaba.  Dios bendijo a Samuel, y este creció y se convirtió en un gran profeta o portavoz del Señor.

Así que Hannah hizo lo correcto cuando cumplió su promesa a Dios.  Su hijo Samuel ayudó a mucha gente a conocer mejor a Dios.

 

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