DLTK's Historias bíblicas para niños
El hijo perdido
Por Sharla Guenther
La parábola de esta semana es sobre el hijo perdido. Esta historia también se llama el hijo prodigo. Prodigo significa que gasta mucho dinero en cosas que no se necesitan y que desperdicia lo que tiene. Veras que esto es exactamente lo que este hijo hace.
Esta es la parábola que contó Jesús: había una vez un padre que tenía dos hijos. Un día el hijo menor le dijo a su padre: "padre, ¿podrías darme mi herencia?" (Herencia es el dinero que el padre les daría a sus hijos después de haber muerto.) Así que el padre pensó y decidió que sus hijos podían recibir el dinero ahora, y lo dividió entre ellos en partes iguales.
Muy pronto después de que el hijo menor recibió el dinero decidió que como tenía tanto dinero se iría a un país diferente y se divertiría un poco.
Cuando se fue, lo hizo para no volver. Tomó hasta lo último que tenía y no planeaba regresar. Quería ser un grande y gastar todo su dinero como quisiera sin que nadie le dijera que hacer.
Así que se marchó. Dejó una granja grande, con muchos hombres empleados. Tomó todo lo que necesitaba y dejó a su familia, y más importante que eso, dejó a su padre que confiaba tanto en el como para entregarle el dinero. Esto probablemente hizo que el padre se sintiera muy triste y estoy segura de que lo extrañó mucho.
Mientras el hijo se había ido, gastó todo el dinero que tenía en poco tiempo. No pensó en ahorrar nada. Salió a comer afuera varias veces al día, compró carros lujosos, organizó grandes fiestas y gastó dinero en muchas otras cosas con las que Dios no estaría contento.
Después de haber gastado todo su dinero, el país en el que estaba viviendo se volvió muy pobre y casi no tenían comida para todos. La situación era aun peor para las personas que no tenían dinero, porque la comida se volvió aún más costosa, así que era muy difícil para los pobres obtener alimentos.
El hijo estaba en problemas. No tenía dinero, ni un sitio donde vivir, no tenía nada que comer, así que tenía que buscar un trabajo. El único trabajo que podía encontrar era alimentando cerdos. Estaba tan hambriento que trató de comer la comida de los cerdos, pero su jefe lo sorprendió y le dijo que si lo volvía a ver haciendo esto, perdería su trabajo.
Esa noche cuando el hijo estaba caminando hacia la casa, su estómago no paraba de gruñir, estaba muy hambriento. Vio a unas personas caminando hacia él y les pregunto si podían darle dinero para comprar comida, pero ninguno le dio nada. Todos eran tan pobres que era difícil compartir con alguien.
El hijo se fue a la cama hambriento y cuando se despertó se dio cuenta de algo. Cuando vivía con su padre, aun los empleados tenían más comida de la que necesitaban, y ahora él se estaba muriendo de hambre. En ese momento hizo un plan. Regresaría a casa de su padre y le diría: “he pecado contra Dios y contra ti. No merezco llamarme tu hijo, así que contrátame y trabajaré para ti."
Sabía que si se volvía empleado en la granja de su padre, estaría mejor de lo que estaba ahora. Siempre tendría un sitio cálido donde quedarse y alimentos para comer. Así que se encaminó a casa.
Le tomo mucho tiempo llegar a su hogar, solo esperaba que su padre lo dejara trabajar en la granja y que le permitiera ser empleado. El hijo iba caminando hacia la granja, pero cuando aún le faltaba camino, pudo ver a alguien que corría a su encuentro. Estaba seguro de que debían estar esperando a alguien más, nadie estaría emocionado de verlo.

Cuando la persona se acercó más, se dio cuenta de que era su padre y que estaba gritando: "¡hijo mío! ¡Hijo mío! ¡Finalmente estás en casa!" No podía creerlo. Su padre lo abrazó y lo besó. Pero el hijo no tardó en decir: "padre, he pecado contra Dios y contra ti. No merezco llamarme tu hijo..." el hijo quería continuar pero el padre dijo a uno de sus sirvientes: "¡Pronto! Traigan la mejor túnica y póngansela. Pónganle un anillo en su dedo y sandalias en sus pies. Traigan el mejor ternero y sacrifíquenlo. ¡Hagamos una fiesta y celebremos porque mi hijo estaba perdido y ha sido encontrado!"
Un poco más tarde, el hijo mayor estaba trabajando en el campo y escuchó la música y los bailes. Así que llamo a uno de los sirvientes y le pregunto por lo que estaba pasando. "Tu hermano ha venido a casa y tu padre está haciendo una fiesta por su regreso."
Esto molestó al hijo mayor y entonces se negó a unirse a la fiesta. El padre oyó que estaba enojado, así que fue a hablar con él y lo invitó a unirse a la fiesta. Pero el hijo se negó diciendo: "Mira…yo he estado trabajando para ti todos estos años y nunca te he desobedecido. Y aun así nunca has hecho una gran fiesta para mí para celebrar con mis amigos. Pero ahora mi hermano menor ha venido a casa, gastó todo el dinero que le diste ¡y matas el ternero más grande para festejar!"
"Pero, hijo mío" dijo el padre "tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. Teníamos que celebrar y alegrarnos porque tu hermano estaba perdido y ahora lo hemos encontrado."
En esta parábola el padre de la historia es como Dios. Así sería Dios si huyéramos de él y comenzáramos a hacer cosas que no deberíamos hacer. Él no se da por vencido cuando hacemos cosas equivocadas, y siempre nos perdonara si cambiamos de verdad y nos arrepentimos por lo que hemos hecho.
Ahora el hermano mayor en esta historia solo muestra como reaccionaria la mayoría de nosotros si esto nos pasara a nosotros. Pienso que todos estaríamos enojados si nuestro hermano o hermana menor huyeran por un largo tiempo e hicieran muchas cosas malas y luego regresaran a casa y tus padres hicieran una gran fiesta.
El padre que fue herido era indulgente. Pero el hijo mayor que no había sido herido no era indulgente. En esta parábola Jesús da una idea clara de Dios y de cómo es Él. Dios es realmente más amable que nosotros.
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