Muy pronto la reina obtuvo su deseo cuando dio a luz a una niña que tenía la piel tan
blanca como la nieve, los labios rojos como la sangre y el cabello tan negro como el ébano. Llamaron a la princesa Blanca Nieves, pero tristemente la reina murió después de darla a luz.
Poco tiempo después, el rey se casó con una nueva mujer que era hermosa, pero también arrogante y cruel. Había estudiado magia negra y tenía un espejo mágico, al cual le preguntaba diariamente,
Espejito, espejito, ¿Quién es la más linda de todas?
Cada vez que hacía esta pregunta, el espejo daba la misma respuesta, "Tú, oh, reina, eres la más linda de todas". Esto complacía mucho a la reina ya que sabía que su
espejo mágico solo podía decir la verdad.