Caperucita Roja

Cuando la canasta estaba lista, la niña se puso su capa roja y se despidió de su madre con un beso.

"Recuerda ir directo a la casa de la Abuela," le advirtió la madre.  "¡No te entretengas por el camino y por favor no hables con extraños!  El bosque es peligroso".

"No te preocupes, mami", dijo Caperucita Roja, "tendré cuidado".


 

< anterior     Toda la historia en una página    siguiente >