Historias de la Biblia de DLTK para niños
Gedeón
por Sharla Guenther
La historia de Gedeón comienza cuando Dios no estaba muy contento con su gente, los israelitas. Si recuerdas, Dios había salvado a los israelitas del Faraón. Era el pueblo al que Moisés guió a través del Mar Rojo en tierra seca.
Habían pasado cientos de años desde entonces, pero a pesar de todos los milagros de Dios que habían experimentado, aun cometían maldades ante los ojos del Señor.
Estas acciones trajeron consecuencias. Esto significa que cuando hacían algo mal, Dios no los bendecía sino que los entregaba en las manos de los madianitas.
Los madianitas no eran sus amigos. Estos tomaban o arruinaban todas sus cosechas y animales. Los israelitas debían esconderse de ellos en cuevas.
Finalmente clamaron a Dios para que los ayudara, después de que ya no le quedaba nada a Israel. Dios oyó su clamor (como siempre lo hace) y tenía un plan.
Lo bueno de todo esto es que Dios no estaba feliz con los israelitas, ¡pero aun los escuchaba y respondía sus oraciones!
Aquí es donde entra Gedeón en la historia. Estaba trillando el trigo en un sitio oculto para que los madianitas no lo pudieran ver, y que no lo robaran, cuando un ángel del Señor vino y se sentó a su lado.
El ángel le habló y dijo, "El Señor está contigo, poderoso guerrero."
"Pero, señor" contestó Gedeón, "si el Señor está con nosotros, ¿por qué están pasando todas estas cosas malas? ¿Dónde están todos estos milagros que nuestros padres (las gentes que cruzaron el Mar Rojo) nos contaron?"
El Señor contestó a Gedeón, "Ve con toda tu fuerza y salva a Israel de los madianitas. Te envío para que lo hagas."
Luego Gedeón comenzó todas las excusas. "Pero, Señor, ¿cómo puedo salvar a Israel? Mi gente es la más débil en Manasseh y yo soy el más pequeño y el menor de mi familia."
Pienso que Dios probablemente sonrió aquí, pero dijo: "Yo estaré contigo, y tú derrotarás a todos los madianitas."
Luego Gedeón pidió a Dios una señal. Quería estar seguro de que era realmente Dios con quien estaba hablando. Gedeón no tenía una Biblia que pudiera seguir y no sabía si Dios iba por ahí hablando con la gente o cómo lo hacía, así que quería asegurarse.
Primero preparó un altar como ofrenda para Dios. Esta era la forma como se daban regalos y se pedía perdón a Dios antes de que Jesús muriera en la cruz.
Entonces puso su ofrenda (carne y pan sin levadura)
sobre una roca, de la cual salieron llamas, que consumieron totalmente
la carne y el pan. Y el ángel del Señor desapareció.
Luego
Gedeón se dio cuenta de que era el ángel del Señor.
Esa misma noche el Señor dijo a Gedeón que derribara el altar que su padre había construido para un Dios falso (Baal) y que cortara la vara de Asera (la habían hecho para otro dios que la gente quería adorar).
Los israelitas habían comenzado a creer en estos falsos dioses y por esto Dios había estado enojado con ellos. Él es el único Dios real y verdadero y estas gentes estaban orando y haciendo ofrendas a pedazos de madera y estatuas que no pueden hacer ni oír nada.
Así que Gedeón tomó diez de sus sirvientes en la noche (porque temía que lo sorprendieran las personas en el pueblo) y derribó los altares.
La gente se enfureció cuando se dió cuenta de que Gedeón había destrozado sus altares pero decidieron que si Baal era realmente un dios, podría castigar a Gedeón. Por supuesto que no le pasó nada a Gedeón porque Baal no es real.
Gedeón aun deseaba asegurarse de que Dios salvara a los israelitas, así que pidió otra señal. Puso un pedazo de lana de oveja en la tierra. Si había rocío solo en la lana y toda la tierra alrededor estaba seca, entonces sabría que Dios los salvaría.
Cuando Gedeón revisó la lana en la mañana, encontró que estaba empapada y que la tierra estaba seca. Y aun así Gedeón pidió otra señal...
Esta vez pidió que la lana estuviera seca y que la tierra estuviera mojada. En efecto, a la mañana siguiente Gedeón encontró lo que había pedido.
Así que Gedeón reunió un ejército y se dirigieron hacia el campo madianita. Gedeón seguramente se sentía muy bien. Tenía muchos hombres para ayudarle a luchar y Dios prometió que les ayudaría a ganar.
Dios tenía en mente algo un poco diferente. Le dijo a Gedeón que tenía demasiados hombres en su ejército. Sabía que Israel pensaría que habían derrotado a los madianitas por su cuenta y sin la ayuda de Dios.
Así que Dios dijo a Gedeón, "Anuncia a la gente: "Cualquiera que tenga temor, puede irse a casa ahora." Sorprendentemente, veintidós mil hombres se marcharon. ¡Es una gran cantidad de gente! Más de la mitad de todo el ejército se fue a casa. Solo diez mil se quedaron.
Gedeón aun se sentía bien. Al menos tenían diez mil hombres, ¿verdad? No por mucho tiempo. El señor dijo a Gedeón que aun tenía demasiados hombres.
Cuando se fueron a donde había agua para beber, el Señor le dijo: "Separa a los hombres que beben agua como un perro y a los que se arrodillan y beben de sus manos juntas."
Pienso que debe haber tomado un tiempo con todos esos hombres, pero Gedeón lo hizo. Es sorprendente, pero solo trescientos hombres se arrodillaron y bebieron de sus manos. ¡Todos los demás se veían raros bebiendo como perros!
Dios dijo a Gedeón que sólo quería los trescientos hombres y que los demás debían irse a casa. De esta forma, cuando los israelitas ganaran, sabrían que Dios estaba en control con solo trescientos hombres restantes.
Gedeón no sabía cómo Dios iba a ayudarles a ganar. Había demasiados madianitas contra solamente trescientos de ellos, así que le preocupaba y no podía dormir. Así que Dios decidió ayudar a Gedeón para hacerlo sentir mejor.
Durante la noche el Señor habló a Gedeón; "Si aun temes pensando si te voy a ayudar a ganar, baja al valle con tu sirviente Purah donde los madianitas se quedan y oye lo que dicen. Te sentirás mucho mejor después de eso."
¿Adivinas que hizo Gedeón? Aun tenía temor y llevó a Purah y se acercaron sigilosamente al campamento de los madianitas. Tan pronto llegó, oyó a uno de ellos hablando con su amigo acerca de un sueño que había tenido. Estaba diciendo: "Soñé que un pan redondo bajaba rodando a nuestro campamento. Vino tan rápido que golpeó una de nuestras carpas y la hizo caer."
Su amigo respondió, "Esto debe significar la espada de Gedeón y que Dios lo ayudará a derrotar a los madianitas."
Tan pronto como Gedeón oyó esto, alabó a Dios y regresó corriendo al campamento. Regresó y dijo: "¡Levántense, el Señor nos ha dado el campamento madianita!"
Dividió a los hombres en tres grupos y les dio trompetas a todos, y cántaros vacíos con antorchas adentro.
Gedeón
y los hombres rodearon el campamento en tres grupos (recuerda que
estaban en la parte alta mirando hacia abajo al valle). Cuando
Gedeón comenzó a tocar su trompeta, los demás lo siguieron.
Tocaron sus trompetas y gritaron: "¡Por el Señor y por Gedeón!" Luego rompieron los cántaros que cargaban, sosteniendo las antorchas con una mano y la trompeta en la otra mano mientras gritaban, "¡La espada del señor y de Gedeón!"
Cuando los madianitas oyeron esto comenzaron a gritar y a correr. Luego cuando todas las trompetas se oyeron nuevamente, el Señor hizo que los madianitas tuvieran mucho miedo, y comenzaron a atacarse uno a otro con sus espadas.
Los hombres de Efraín capturaron a los que huyeron hasta el Jordán porque Gedeón envió mensajeros delante de ellos para avisarles que vendrían.
Ese fue el día en que Dios salvó a Gedeón y derrotó a los madianitas. Sin Dios, nada de esto hubiera sido posible. Espero que Gedeón haya aprendido su lección después de todo esto, y que haya dejado de preocuparse. ¡Nada es imposible con Dios!
La próxima vez que estés en una situación difícil, ten la certeza de que Dios puede darte fortaleza y que quiere ayudarte. ¡Sólo pídelo y Él lo hará!
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