Pulgarcita

© Escrito por Tasha Guenther e ilustrado por Leanne Guenther
Cuento de hadas basado en el cuento original de Hans Christian Andersen

 

La brujaHabía una vez una viejecita que vivía solitaria en una cabaña en una montaña.

Nunca tuvo hijos.  Nadie iba a visitarla y, por consiguiente, la mujer se dedicaba a cuidar su jardín de hermosas flores.  Con el tiempo ni siquiera el jardín de la viejecita pudo evitar que se sintiera sola.

Un día, mientras la viejecita regaba sus rosas de color rojo vivo, una bruja subió por la montaña aproximándose a su casa. La viejecita era escéptica con las brujas porque había oído sobre todas las manzanas y los frijoles que trataban de vender; sin embargo, esta bruja parecía más buena de lo que había imaginado. Hablaron por un largo rato, y se hicieron muy amigas. La mujer finalmente le dijo a la bruja que se había quedado sola a su edad avanzada. La bruja sintió compasión por la viejecita y entonces le regaló una semilla especial y le dijo que la sembrara en su mejor tierra, que la regara con su agua más cristalina, y que le diera un cariño especial.

 

 

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