Peter, Patty y Penny pasaron el siguiente día jugando. Los dos cerditos mayores
se burlaron de Penny diciendo que había desperdiciado todo el otoño construyendo su casa (¡y Peter no se resistió a decir que después de todo ese trabajo, Penny no había podido dejar la chimenea
derecha!) Pero Penny estaba feliz con las decisiones que había tomado, y pensaba en esto mientras estaba sentada al frente de su cómoda chimenea esa noche.
Peter no estaba tan cómodo en su casa de paja. El viento frío se colaba rápidamente. No se había tomado el tiempo de construir una cama así que se acurrucó en una esquina sobre un montículo de paja sobrante. Cuando el sol salió la mañana siguiente, Peter empezaba a desear haber pasado más tiempo construyendo su casa. Mientras pensaba qué iba a usar para hacer su desayuno, escuchó que alguien golpeaba en la puerta.
"¿Quién está ahí?" Preguntó... Era demasiado temprano para tener visitantes.
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